La espondilosis cervical—también conocida como osteoartritis cervical (OA)—es el trastorno relacionado con la edad más común de la columna cervical y se caracteriza por la degeneración de los discos intervertebrales y las articulaciones facetarias, así como por la formación de espolones en las placas terminales del cuerpo vertebral. Los estudios han demostrado que las radiografías del 95% de las personas mayores de 65 años mostrarán signos de OA cervical, incluso en ausencia de dolor de cuello u otros síntomas. Debido a que el latigazo cervical es un proceso que afecta la columna cervical, ¿cómo podría afectar la OA cervical preexistente en la recuperación del latigazo cervical?
Una búsqueda bibliográfica exhaustiva realizada en el 2021 identificó nueve estudios que incluían a 894 pacientes. Un análisis de los datos de estos estudios reveló una asociación estadísticamente significativa entre la degeneración moderada de las articulaciones facetarias (con o sin degeneración del disco concurrente) y la falta de recuperación. Estudios anteriores que involucraron cadáveres y bloqueos nerviosos de la rama medial han demostrado que los cambios degenerativos en las articulaciones facetarias pueden alterar la biomecánica de la columna y son comúnmente una fuente de dolor para los pacientes que sufren dolor de columna, incluido el dolor de cuello. En cuatro de los estudios, los investigadores observaron una correlación significativa entre la OA cervical y un pobre pronóstico tras una lesión por latigazo cervical, con un riesgo superior al de la población general de sufrir síntomas persistentes de trastornos asociados al latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés) hasta dos años después del episodio. Curiosamente, los datos no mostraron un vínculo entre la degeneración aislada del disco y la falta de recuperación.
Las investigaciones actuales sugieren que casi el 50% de los pacientes con WAD continuarán experimentando síntomas que incluyen dolor de cuello, rigidez, parestesia, mareos, sordera, tinnitus, depresión, trastornos del sueño, y trastorno de estrés postraumático. La revisión bibliográfica del 2021 mencionada anteriormente sugiere que la espondilosis cervical puede ser un factor de riesgo para el WAD crónico. Esto es potencialmente preocupante ya que los estudios han demostrado que el uso excesivo de dispositivos puede provocar signos de OA cervical a edades más tempranas.
Estos nuevos hallazgos, además de otros factores de riesgo para el WAD crónico—sensibilización central, dolor y discapacidad iniciales elevados, dolor lumbar en el momento de ocurrir el latigazo cervical, antecedentes de dolor de cuello, dolores de cabeza de nueva aparición, ansiedad posterior a la lesión, e hiperalgesia por frío (alta sensibilidad al frío)—pueden ayudar a los médicos a identificar a los pacientes con un riesgo elevado de obtener peores resultados de WAD para que se pueda adoptar un plan de tratamiento más agresivo. Los médicos quiroprácticos están bien capacitados para manejar casos de WAD con un enfoque de tratamiento multimodal con otros proveedores de atención médica aliados, cuando sea necesario.