En 2016, investigadores de la Universidad de Curtin en Perth examinaron la postura sentada y los datos de salud de 1108 jóvenes de 17 años en un esfuerzo por determinar si alguna postura en particular aumentaba el riesgo de dolores de cabeza/cuello entre los adolescentes tardíos.
Entre los cuatro subgrupos de postura (erguido, intermedio, tórax hundido y cabeza adelantada) los investigadores observaron lo siguiente: Los participantes con una postura hundida en su columna torácica (región media de la espalda) y cabeza adelantada al estar sentados, tenían mayores probabilidades de tener depresión leve, moderada o severa; los participantes clasificados con una postura más erguida se ejercitaron con más frecuencia, las mujeres tenían más probabilidades de sentarse más erguidas que los hombres; aquellos que tenían sobrepeso tenían más probabilidades de sentarse con una postura de cuello adelantada; y las personas más altas tenían más probabilidades de sentarse erguidas.
Si bien encontraron que factores biopsicosociales como la frecuencia de ejercicio, la depresión y el índice de masa corporal (IMC) ESTÁN asociados con dolores de cabeza y cuello, sus datos no sugirieron que ninguna postura en particular aumentara el riesgo de dolor de cuello o dolores de cabeza más que cualquier otra postura entre los adolescentes involucrados en el estudio.
Esto es digno de mención ya que los estudios con adultos indican que el riesgo de dolor de cuello y dolores de cabeza, es mayor en personas con una mala postura del cuello. En particular, las posturas como llevar la cabeza hacia adelante, sostener un teléfono entre la oreja y el hombro y la rotación prolongada del cuello/cabeza fuera del punto neutral, pueden aumentar el riesgo de trastornos cervicales. Esto sugiere que en los cuerpos más jóvenes, la causa del dolor de cuello y los dolores de cabeza puede ser multifactorial y no se limita a solo una mala postura, por lo tanto el tratamiento debe abordar todos los problemas que pueden aumentar el riesgo de dolor de cuello/cabeza para alcanzar el resultado deseado.
La buena noticia es que la quiropráctica ha adoptado durante mucho tiempo el modelo biopsicosocial de la atención médica, analizando TODOS los factores que afectan el dolor de espalda, cuello, y la calidad de vida. A través de la educación del paciente, manipulación espinal, movilización, entrenamiento con ejercicios, uso de modalidades y más, los quiroprácticos pueden ayudar enormemente a quienes luchan contra el dolor de cuello y de cabeza.